Conocimos el crecimiento profesional del jugador tras el apoyo conjunto de los distintos departamentos de Club Atlético Lanús.


Recorrimos las instalaciones del polideportivo para adentrarnos en el mundo del fútbol desde que el jugador es captado, pasando por su crecimiento personal y profesional, hasta que llega a reserva. Cómo se trabaja conjuntamente entre los diferentes departamentos, la cantidad de personal que se dedica diariamente a las diferentes categorías y como convergen entre ellas con el mismo propósito al final del camino.

Para conocer un poco más la realidad de la cantera de Club Atlético Lanús, charlamos con Fernando “Tito” Soler, DT de inferiores y Primera división del femenino y con Diego Russo, presidente del Departamento de Fútbol Juvenil.

Si bien, ambos espacios trabajan en paralelo, la cantidad de jugadores y personal de los mismos, manejan diferentes números en cuanto a responsabilidades, por ende, se decidió que existieran dos departamentos bien diferenciados. Actualmente, infantiles solamente, posee un número importante que rebasa los 1000 (chicos) en sus diferentes categorías, a lo que, en juveniles entre jugadores y personal, no supera las 300 personas. En el camino, hay un trabajo excepcional de todos los profesionales que los acompañan, tanto dentro de los cuerpos técnicos como desde el departamento de Captación que, sin ir más lejos, son los que realmente conocen la situación actual de cada uno de esos chicos a nivel personal como también profesional. Esto se debe a que son los que establecen el primer contacto, generando un vínculo entre las familias y nuestra institución.

Comenzar en un lugar nuevo, compañeros nuevos, profes nuevos, ir a la escuela, alimentarse bien y demás, quizá no sea de mucha importancia para un adulto, pero para una categoría 2018 posiblemente sea una enorme responsabilidad, aunque hoy lo vean como “solo un juego”. Ahí es cuando todo empieza a tomar color y ahí es cuando, hoy en día, médicos, psicólogos, trabajadores sociales y cuerpo técnico entran en juego para brindarle a esa persona en pleno desarrollo, las herramientas necesarias y el apoyo motivacional para su crecimiento diario y progresivo.

Ser jugador no es fácil, más si sos del interior. Muchas veces la situación económica de cada familia en particular obstaculiza el pensamiento de los papás ya que “se frenan” en brindarle apoyo a sus hijos debido a que su realidad los arrolla, aunque, como muchas otras instituciones, Club Lanús, no es la excepción y también brinda un espacio para crear un canal de acercamiento con esas familias y otorgar, desde otra perspectiva, el apoyo necesario para que el jugador logre su objetivo en la institución dentro de la pensión, obteniendo de esta manera, que ese niño en pleno desarrollo, pueda cumplimentar sus pequeñas expectativas sin que nada le falte.

No todas las instituciones tienen lo que la nuestra. Casa madre se caracteriza por unificar valores, esfuerzo y responsabilidades, dividiendo el trabajo, acompañando a esas familias y brindando el apoyo psicológico necesario a cada momento para que cada chico no sienta la ausencia de sus padres, porque Lanús es familia y el tiempo que nos llevó recolectar la información relevante para realizar este informe, nos terminó de convencer.

Pasando por todas las categorías, llegamos a los juveniles, que es donde se empieza a oler ese “sentido de pertenencia”, el defender a nuestra familia granate, nuestros colores, esa rivalidad deportiva con los vecinos donde se forja el carácter junto con el pensamiento. Si bien todos los estadíos son importantes, en esta fase es donde el jugador concluye en determinar su futuro, entrando en la primer parte del aprendizaje, donde se definirá si será un profesional. En esta etapa no menos cruda, porque es donde comenzamos con los cambios hormonales, estados de ánimo y el famoso “no sé qué quiero” (todos pasamos por ahí), se otorga, desde la institución, no solo apoyo psicológico que, en este caso es fundamental, sino que también existen talleres de trabajo grupal en cada categoría donde tienen momentos de recreación, como lo es el cine y educación sexual para los más grandes, entre otros.

Unificar; aprender; valorar; enseñarles a ser responsables, educar, acompañar y sentir los colores son las fases por las que pasa esa pequeña persona desde que entra a nuestro mundo hasta que llega a lo más alto. Mientras tanto, se brinda orientación, apoyo emocional, se generan vínculos, esos que logran entrelazar sueños, esos que mañana se pueden volver realidad.

Nota de: Paula Mariani

Comunicadora Social

Redactora de Mega Lanús

pmariani@mediostres.com.ar

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